Las justificaciones del especismo antropocéntrico. Parte I: razonamiento

Cuando un individuo perteneciente al grupo X determinado por cierta(s) característica(s) discrimina arbitrariamente a un individuo perteneciente al grupo Y determinado por otra(s) características(s) es decir infravalora los intereses del individuo perteneciente al grupo Y con respecto a los intereses de los individuos del grupo X (que curiosamente es el grupo al que pertenece él mismo), en contadas ocasiones acepta que la exclusión del individuo del grupo Y de su círculo de consideración moral es arbitrario e infundamentado. La abrumadora mayoría de veces intenta justificarse de tal manera que no se vea obligado a afirmar: ¨lo discrimino simplemente porque no pertenece a mi grupo¨. Entonces el individuo X pretende fundamentar su actitud apelando por ejemplo a aquellas características que supuestamente presentan los individuos del grupo X y no poseen los individuos del grupo Y.

Este modelo se ha establecido repetidas veces en el caso de cualquier tipo de discriminación arbitraria. Por ejemplo los racistas y los sexistas siguieron este patrón (1) y dado que sus argumentos se desmontaban por sí solos, tuvieron que aceptar finalmente la noción de igualdad humana.

El especismo antropocéntrico (2) no es la excepción y en este artículo muestro uno de los argumentos comúnmente establecidos y presento las evidencias y argumentos para rebatirlos.

La característica definitoria del grupo X en este caso es la pertenencia a la especie humana y la característica definitoria del grupo Y es la no pertenencia a dicha especie o en otras palabras el ser un individuo no- humano. Como el simple hecho de pertenecer a una determinada especie (casualmente la especie a la cual pertenece el especista) es claramente un criterio injustificado, el especista antropocéntrico (que en adelante denominaré simplemente ¨especista¨) arguye comúnmente que existen características fundamentales que diferencian a los animales humanos de los animales no-humanos.

La más conocida de estas características es la capacidad de razonamiento. Es muy frecuente que a los animales no-humanos se les denomine de manera coloquial animales irracionales y a los animales humanos se les denomine animales racionales (3). Incluso entre filósofos y científicos muchas veces se ha negado de manera dogmática la capacidad de razonar en los individuos no-humanos. Se establece esta diferenciación de manera tajante y poco analítica sin preocuparse por fundamentar la veracidad de esa afirmación.

Antes de continuar analicemos que significa razonar. En realidad el razonamiento (también conocido como discernimiento) constituye la forma más sofisticada de aprendizaje. Existen otras formas de aprendizaje menos sofisticadas como la fijación, la habituación, los condicionamentos clásico y operante, y el aprendizaje por ensayo y error. Comúnmente no se niega que los animales no-humanos presenten estas últimas formas de aprendizaje ya que aparte de que existen numerosas pruebas al respecto, son formas menos complejas de aprendizaje y el hecho de poseerlas no establecería una similitud de capacidades con respecto al promedio de los humanos y entonces su aceptación no representa un riesgo para el especista.

El razonamiento sin embargo, a diferencia de las anteriores formas de aprendizaje, implica una manipulación mental de conceptos que permite llegar a un determinado comportamiento adaptativo. En otras palabras la capacidad de razonar implica que el individuo pueda -sin haber sido aleccionado- crear en base a conocimientos y experiencias previos la solución a un determinado problema que se le presente por vez primera. Además, a diferencia del aprendizaje por ensayo y error, el razonamiento implica que se establezca la solución a dicho problema sin necesidad de utillizar varios intentos.

Existen evidencias contundentes que establecen la capacidad de razonar en animales no-humanos y por lo tanto el argumento del especista no sería válido.

Históricamente la teoría que permitió echar por tierra la noción de que los animales no-humanos no razonan fue ¨la teoría del origen de las especies por medio de la selección natural¨ (comúnmente conocida como teoría de la evolución) propuesta por Charles Darwin (4).

Brevemente esta teoría – ampliamente aceptada y fundamentada – nos dice que hay una continuidad de caracteres ya que las diversas especies se han ido formando una a partir de otra. O dicho de otra forma, no existen características que aparecieran ¨de la nada¨ en una determinada especie ya que esto supondría un rompimiento de esta continuidad. Entonces si los animales humanos tienen capacidad de razonar no se puede negar tajantemente que los individuos que pertenecen a las especies de las cuales descendemos simplemente no tengan dicha capacidad ni tampoco negar que los individuos que pertenecen a especies de las cuales no descendemos pero con las cuales compartimos un ancestro común, no tengan la capacidad en mención. La teoría de la evolución de las especies implica entonces que la capacidad de razonamiento fue apareciendo de manera gradual hasta llegar a los niveles que conocemos en los animales humanos.

Esto se expresa en el siguiente párrafo del libro ¨The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex¨ de Charles Darwin:

¨Hemos visto que los sentidos e intuiciones, las variadas emociones y facultades, tales como amor, memoria, atención y curiosidad, imitación, razón, etc., de las cuales el hombre hace alarde, pueden ser encontrados en una condición incipiente o incluso algunas veces de manera bastante desarrollada, en los animales inferiores¨ (5,6)

En otras palabras la diferencia en capacidad de razonamiento es de carácter cuantitativo y no cualitativo. Para aclarar este punto daré el siguiente ejemplo:

El individuo A es el campeón mundial de ajedrez y el individuo B es el campeón de ajedrez de su localidad. El individuo A tiene una habilidad innata mucho mayor que el individuo B para jugar ajedrez pero eso no implica que el individuo B no tenga habilidad para jugar ajedrez: la tiene pero es menor. En este caso la diferencia es cuantitativa. Por otro lado el individuo C es completamente ciego y el individuo D tiene el sentido de la vista en perfecto estado. En este caso la diferencia es cualitativa: no es que el individuo C tenga la visión menos aguda o desarrollada sino que no ve en absoluto.

Posteriormente se han establecido diversos estudios que evidencian experimentalmente que los animales humanos no son los únicos con capacidad de razonar (lo cual Darwin había predicho como consecuencia lógica de su teoría y de sus propias observaciones).

Citaré cuatro ejemplos (7,8):

– En 1917 el etólogo W. Kohler demostró que un chimpancé hambriento y sin haber recibido entrenamiento (9) era capaz de apilar un grupo de cajas de manera que lograra alcanzar una manilla de plátanos que estaba colocada a una altura demasiado alta como para poder alcanzarlo de otra manera (10).

– En 1984 por R. Epstein y colaboradores en la universidad de Harvard establecieron que pichones bajo condiciones controladas evidenciaban una capacidad similar de discernimiento: Movieron una caja justo bajo un plátano suspendido de tal manera que lograron atrapar el plátano al treparse en ella (10).

– En el año 1995 se realizó un estudio con cuervos en que se observó claramente su capacidad de resolver un problema nuevo: Obtener un trozo de alimento que estaba atado a una soguilla por un extremo de la misma y colgado del otro extremo a una percha (ver figura al inicio del texto). La única manera de obtener el alimento era jalando la soguilla del extremo cercano a la percha, colocar el pie sobre la misma después de cada tirón (de tal manera que mientras suelte el pico no vuelva a caer) y repetir este proceso varias veces hasta que el alimento sea alcanzado. Varios cuervos lograron alcanzar el alimento al primer intento lo cual evidencia que fueron capaces de elaborar la solución del problema y ponerla en práctica (11).

– En 1998 Brannon y Terrace demostraron que los monos rhesus eran capaces de ordenar números de manera ascendente. Primero se les mostró el orden de los números del 1 al 4 y luego se les mostró en desorden los números del 5 al 9. Ellos lograron ordenar los números del 5 al 9 de manera creciente lo cual evidencia que tienen la noción de ascendencia numérica al menos del 1 al 9 (12).

Y finalmente daré un ejemplo que si bien no constituye un estudio científico sistemático, es bastante ilustrativo:

Un perro fue entrenado de tal manera que cuando atrape a un sospechoso no lo dañe sino sólo lo sujete del brazo fuertemente hasta que venga el policía a arrestarlo. Solamente debía morderlo en caso que el sospechoso ofrezca resistencia. En su primer día de ¨trabajo¨ el perro debía atrapar a dos delincuentes entonces ellos pensaron que si corrían en direcciones opuestas se librarían del perro ya que no podría correr en ambas direcciones a la vez. Entonces el perro corrió tras uno de los delincuentes y le hirió su pierna gravemente de tal forma que no pueda escapar. Luego de esto fue a perseguir al segundo y lo sujeto del brazo sin dañarlo como se le había enseñado. El perro nunca había sido aleccionado para enfrentar una situación similar (13, 14).

En este punto el especista podría afirmar: Bueno, tienes razón, los individuos no-humanos también tienen capacidad de razonar pero su capacidad es menor que los individuos de mi especie y por ello los excluyo de mi círculo de consideración moral.

Sin embargo existen muchos casos de individuos no-humanos que presentan capacidades cognitivas mayores que las de individuos humanos. Por ejemplo los/as niños/as menores de 3 años (15) o los humanos adultos con alguna deficiencia mental presentan capacidades comparables o inferiores a las de muchos animales no-humanos.

Entonces cuando se establece este argumento en realidad lo que se afirma no es que considerados de manera individual todos los humanos tengan mayor capacidad de razonamiento que todos los animales no- humanos sino que el promedio de las capacidades cognitivas de los individuos humanos es mayor que el promedio de las de los individuos no-humanos.

Sin embargo al establecer un promedio dentro de la especie humana, el especista entra en un círculo vicioso ya que retornamos al punto inicial donde el especista discrimina en función de la especie ya que no aceptaría por ejemplo que el promedio se establezca entre todos los primates de tal manera que excluyamos a los no-primates o que se establezca entre los individuos humanos que tienen más de 5 años de edad y se excluyan a los individuos humanos menores de 5 años (15) y a los individuos no-humanos (en ambas situaciones el promedio de las capacidades cognitivas sería mayor en el primer grupo que en el segundo, por ello el criterio del especista se mantiene y no podría replicar que los ejemplos no son válidos).

Por otro lado tampoco aceptaría que en vez de establecer promedios se establezcan límites que deben ser superados de manera individual. Por ejemplo que sólo los individuos que en un determinado test de coeficiente intelectual (C.I.) obtengan un puntaje igual o mayor a 120 sean considerados dentro de nuestro ámbito moral. Este criterio eliminaría a muchos individuos humanos y el especista no lo aceptaría (y con menos razón lo aceptaría si el puntaje del propio especista fuera menor a 120).

Entonces yo le propondría lo siguiente: seamos injustos y sólo apliquemos la prueba de C.I. a los individuos no-humanos y a los individuos humanos aceptémolos tengan el coeficiente intelectual que tengan. ¿Qué te parece si ponemos un límite inferior de 80? El especista inocentemente aceptaría.

Luego de unos segundos le comento que una gorila llamada Lana obtuvo un puntaje de 85 (13) en una prueba de C.I.

Y él me respondería: entonces que sea 86……..

Y si un estudio demostrara que un animal no-humano presenta un C.I. de 88 el especista diría: entonces que sea 89………

Resulta claro que seleccionará el puntaje necesario para eliminar a todos los que no son de su especie.

Entonces finalmente el especista se ve obligado a reconocer que la capacidad de razonamiento comúnmente denominada ¨inteligencia¨ (16) no es una característica diferencial entre individuos humanos y no- humanos ni cualitativa ni cuantitativamente así que no la puede utilizar para establecer que los intereses de un individuo no-humano sean desconsiderados o en general que a dicho individuo no le debamos respeto (17).

Más adelante subiré otros artículos sobre los nuevos argumentos en que se ampara el especista para justificar su discriminación de tal manera que no se le tilde de arbitrario e injusto.

(1) No voy a analizar los argumentos emitidos en cada uno de estos casos en este artículo, pero más adelante subiré artículos analizándolos y sobre todo comparándolos con los argumentos que utilizan los especistas antropocéntricos para justificarse para poner de manifiesto las grandes similitudes entre ambos modelos.

(2) Recalco que me refiero a especista antropocéntrico ya que existen especistas no-antropocéntricos para los cuales la justificación sería diferente. Ya subiré un artículo explicando esto con detalle.

(3) Éste es uno de los pocos casos en que se denomina animal al Homo Sapiens. Nótese que al ir acompañado del término racional de alguna manera el peso del término animal (que absurdamente se considera insultante) se minimiza o dicho de otra manera es camuflado por el término ¨racional¨.

(4) En realidad Alfred Rusell Wallace llegó a las mismas conclusiones de Darwin sobre la evolución de las especies de manera independiente pero su nombre es muy poco conocido y comúnmente no se le considera autor de la teoría de la evolución:

Raven and Jonson. Biology (Mosby-Year Book, 1992, Third edition)

(5) Singer, P. (2002) Animal Liberation, Harper Collin Publishers, third edition. (pag 206)

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(6) A pesar de eso Darwin evidencia una mentalidad especista al referirse a los animales no-humanos como animales inferiores el cual es un término despectivo hacia ellos (aunque probablemente no lo hizo con la intención de despreciarlos).

(7) Más adelante explicaré con mayores detalles la manera en que se establece que los animales no-humanos también tienen la facultad de razonamiento y citaré mayor cantidad de estudios al respecto. Por ahora sólo cito unos cuantos ejemplos para no desviarme del tema central.

(8) Aclaro que así como en la mayoría de experimentos con animales no- humanos, en los cuatro ejemplos que cito los individuos en cuestión fueron privados de su libertad, sometidos a estrés, separados de sus familias e incluso probablemente sometidos a daños físicos. Los únicos experimentos que considero aceptables son aquellos que se realizan en el mismo hábitat de los animales y que no implican perjuicios físicos o psicológicos para los mismos. Por ejemplo los estudios de Dian Fossey que convivió con gorilas durante 13 años o los estudios de Jane Goodall con chimpancés los cuales fueron llevados a cabo en el ambiente natural de los animales y sin privarlos de su libertad obteniéndose valiosa información. Obviamente también considero aceptable cualquier tipo de experimentos con animales humanos si estos han dado su consentimiento.

(9) El hecho de no haber sido entrenado es clave para desechar la posibilidad que el aprendizaje se haya gestado mediante las otras maneras que he mencionado.

(10) Audesirk, T and Audesirk, G. (1997) Biología, la vida en la tierra , Prentice Hall Hispanoamericana, cuarta edición.

(11) Emery, N. J., and Clayton, N. S. (2004) ¨The Mentality of Crows: Convergent Evolution of Intelligence in Corvids and Apes,¨ Science 306, 1903 – 1907.

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No proporciono el enlace para el artículo completo ya que no está disponible por internet gratuitamente sin embargo tengo el artículo impreso.

(12) Brannon, E. M., and Terrace, H.S. (1998) ¨Ordering of the Numerosities 1 to 9 by Monkeys,¨ Science 282, 746 – 749.

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No proporciono el enlace para el artículo completo ya que no esta disponible por internet gratuitamente.

(13) Rollin, B.E. (1992) Animal rights and human morality, Prometheus Books, revised edition. (pag 47)

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(14) Al igual que en el caso de los experimentos, los intereses del perro con casi total seguridad fueron desconsiderados ya que en realidad los perros ¨policías¨ son también considerados recursos.

(15) A menudo se utiliza el argumento de la potencialidad de los/as niños/as para evitar excluirlos de la esfera moral. Ya subiré un artículo analizando este punto.

(16) Coloco el término ¨inteligencia¨ entre comillas porque se han descrito diversos tipos de inteligencias y cada individuo puede tener variados grados de desarrollo de cada uno de esos tipos de inteligencia. Entonces la capacidad de razonamiento no sería precisamente sinónimo de inteligencia:

Gardner, H. (2001) La inteligencia reformulada, Paidos Ibérica.

(17) Sin embargo es importante aclarar que aún si el razonamiento fuese una característica distintiva de la especie humana, no nos legitimaría para utilizar a los demás animales como recursos ya que no es una característica relevante desde el punto de vista ético. En breve subiré un artículo detallando este tema.

8 comentarios

  1. Muy interesante. La historia que cuentas lamentablemente me resulta familiar, pero hay algunos datos que no concía. Más tarde lo repasaré más detenidamente. Enhorabuena por el análisis.

    P.D: también he oido justificar la explotación animal en base a la capacidad de comunicación, la autoconciencia o la cantidad de receptores dérmicos. Que poca verguenza.

  2. Hola flex23, tu texto está muy bien, sólo quería comentarte una cosa:

    cuando te refieres al sexismo y racismo (o personalmente a l@s racistas y/o sexistas) lo haces en pasado:

    «Por ejemplo los racistas y los sexistas siguieron este patrón (1) y dado que sus argumentos se desmontaban por sí solos, tuvieron que aceptar finalmente la noción de igualdad humana.»

    como si se tratase de discriminaciones superadas, sin embargo a nivel social resulta evidente que esto no es así.. quizás te referías a quienes defienden/defendían en el ámbito académico/intelectual tales discriminaciones de forma abierta, en cuyo caso comprendo mejor el uso del pasado.

  3. Hola javier, bueno sobre el lenguaje y autoconsciencia ya había escuchado (es más es lo más típico) y escribiré posteriormente al respecto pero eso de los receptores dérmicos es una sorpresa para mí. Aunque si lo analizamos bien tendría más sentido que las otras dos ya que la ausencia o menor concentración de receptores dérmicos si sería relevante a la hora de percibir calor, frío, presión o en general diversas sensaciones.
    Claro que eso no cambiaría las cosas ya que lo que se busca es la consideración igualitaria de intereses: Por ejemplo no es lo mismo tirarle una patada a una niña de dos años que a un elefante, es claro que al primero le afecta más y se tendría que preferir dársela al elefante. Pero de la misma forma dársela a un gato bebé sería más contraproducente que dársela a un humano adulto. En todo caso, de hecho las sensaciones son distintas intra e inter-especie pero como repito la idea es considerarlos igualitariamente así que de todas formas la alusión a dichos receptores no afectaría el argumento central.

    En cuanto a lo que menciona Jose, en realidad cuando escribí el texto estaba pensando en un/a esclavista del siglo XIX o en un sexista de antaño. De todas formas es dificil encontrar ahora alguien que reconozca abiertamente ser racista o sexista y menos formulando argumentos de los que se esgrimían antes. En cambio en el caso del especismo es común escucharlos aún en el ambito académico. Aprovecho para citar por ejemplo el caso de Fernando Savater (filósofo español) el cual emitió la siguientes declaraciones: ”En punto a barbarie bastante tenemos los europeos de hoy con intentar combatir entre nosotros a quienes pretenden tratar a ciertos hombres como animales; espero que no tengamos que enfrentarnos también a un nuevo género de bárbaros, empeñados en tratar a ciertos animales como a humanos”. Irónicamente lo decía en respuesta a un autor que está supuestamente a favor de los derechos de los animales no humanos, cuando en su obra claramente defiende una posición especista (aunque más benevolente). Me refiero específicamente a Jesús Mosterín de quien cito la siguiente respuesta en una entrevista : ¨….tenemos dos obligaciones hacia aquéllos a los que hemos hecho prisioneros para comérnoslos: tratarlos como miembros de la especie a la que pertenecen y que, cuando los matemos, lo hagamos sin dolor¨. Con el respeto que se merece este filósofo considero una verguenza esta declaración viniendo de alguien que supuestamente considera que los animales no humanos merecen respeto.
    En todo caso muy buena tu acotación.

  4. No acabo de entender el ejemplo de los rhesus y la serie numérica. ¿Se supone que consiguieron ordenar los números del 5 al 9 sin una muestra previa?

    Otra cosa, en el caso número 15 hay un pequeño error. A ver si lo adivinas… 😀

    Por cierto, el artículo es muy bueno.

  5. hola Deivi, así es, los monos lograban establecer los números del 5 al 9 en orden ascendente. La idea es que primero les mostraron que es lo que se quería con los números del 1 al 4 y ellos luego sin ayuda hicieron lo propio para los números del 5 al 9.

    Con respecto al caso 15 supongo que te refieres a la nota a pie de página número 15:

    ¨(15) A menudo se utiliza el argumento de la potencialidad de los niños para evitar excluirlos de la esfera moral. Ya subiré un artículo analizando este punto¨

    Bueno no veo el error. Yo me refiero a que a veces se argumenta que si bien los niños pequeños tienen menores capacidades cognitivas en algún momento las tendrán bastante desarrolladas y por ello eso no los excluiría de la esfera moral. A eso me refería con potencialidad es decir que tienen capacidades en potencia que supuestamente sería la diferencia fundamental entre ellos y los animales no humanos.

  6. Hola Flex, me temo que ese no es el error al que se refería Deivi, en realidad se trata de un lapsus gramatical. Y no es el emplear genéricamente el maculino «niño», siendo claramente que te refieres tanto a niños como a niñas -un error que yo también cometo a menudo por la fuerza de la costumbre-, se trata de otra cosa 🙂

    Sobre los receptores dérmicos, la verdad es que ignoro si el nº de receptores en humanos es mayor, pero se me ocurre que siendo otros individuos de otras especies mucho más grandes en tamaño es posible que cuenten con más receptores por una simple cuestión de superficie. De todos modos el quiz de la cuestión el la propia experimentación de las sensaciones. Un ser humano con medio cuerpo insensible tendrá más receptores dérmicos inoperantes que alguien que no tenga esa deficiencia. Y sin embargo es un poco dificil considerar que el primero tenga menos derecho a vivir que el segundo. Que haya menos receptores, creo yo, no implica que se experimente menos ganas de vivir. Es el propio hecho de poder procesar lo que se siente de modo intrínsecamente negativo o positivo lo que genera en nosotros intención de ánimo, no que nuestra piel sea más o menos sensible, aunque es posible que exista un vínculo, cuando se trata de humanos como el anteriormente citado no lo damos mayor importancia.

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